La Provincia: La ministra de Educación tiene las horas contadas

La gestión de María Julia Acosta al frente del ministerio de Educación no habría cumplido las expectativas de la gobernadora Lucía Corpacci, quien en los próximos días podría decidir su desplazamiento.

Si bien el tema se mantiene en el más completo hermetismo, trascendió que ya se habría encargado a un reconocido dirigente kirchnerista que rearme su equipo de trabajo y comience a delinear la nueva etapa. La persona encargada de encarar la nueva gestión -tal vez de modo transitorio- ya había sonado entre los primeros nombres que se barajaron para ocupar el cargo en los primeros tiempos de la transición.

La determinación que estaría dispuesta a tomar la Gobernadora tendría que ver con los resultados de una reciente encuesta realizada por Nación, que ubicaría a la actual titular de Educación al tope de los ministros más cuestionados. Sumado a ello, el cuerpo de asesores de imagen de Corpacci habría avalado la movida. No obstante, se supo que desde la época en que los docentes “indignados” ganaron la calle en reclamo de mejoras salariales, la Gobernadora no estaría conforme con el desempeño de Acosta y gran parte de su equipo. Aparte, las designaciones que hizo la ex diputada nacional al momento de ocupar el ministerio no habrían caído muy bien, ya en ese entonces porque favorecían a parientes y amigos que no había antes del 13 de marzo, y recién aparecieron ya avanzada la etapa de preparación del nuevo gobierno. Pero la mayor decepción, según confió a este diario otra inobjetable fuente oficial, habría sido durante el informe que la ministra brindó en El Rodeo durante la reunión del Ejecutivo para evaluar la marcha del Gobierno. Los analistas políticos del propio Gobierno aseguran que el “tirón de orejas” principal habría sido justamente para ella y para el ministro de Desarrollo Social, Oscar Pfeiffer.

Es más, se cuenta que al momento de la exposición de Acosta, la Gobernadora no habría podido disimular su fastidio por lo que estaba escuchando, y aseguran que hasta se levantó en un momento del salón principal y salió a tomar aire fresco.

¿Por qué ahora?, porque la situación social lo permite. No hay mayores focos de conflictividad y la atención de la oponión pública pasa por otro lado. Amén que la relación con los gremios es estable y los “indignados” poco a poco fueron perdiendo legitimidad y en la práctica desaparecieron. Entonces, dadas estas circuntancias, María Julia Acosta tendría las horas contadas.