Familiares y amigos de Lucas Menghini Rey, fallecido en la tragedia ferroviaria de Once, le ofrendaron un emotivo homenaje y reclamaron “justicia para los responsables" del suceso que el miércoles último costó la vida de 51 personas.
“Escuchemos su música, celebremos su vida” decía uno de los carteles sobre el escenario del teatro Margarita Xirgu, donde los padres del joven de 20 años, a quien llamaban Chimu, leyeron una carta con sus “sentimientos, certezas, dudas y respuestas”.
“Obviamente, sabemos que hay responsables de lo ocurrido y sabemos que hay quienes tienen la obligación de encontrarlos. Estaremos siguiendo cada uno de los pasos hasta que tengamos una respuesta contundente, con nombres y apellidos”, señaló la misiva.
En un auditorio colmado de jóvenes, que exhibían la foto de Lucas como emblema, el homenaje comenzó con la proyección de un video y el audio de la canción “Moscas en rosas”, uno de los temas compuestos por la "víctima 51" de la tragedia de Once con su banda "Chimeneas".
Mientras, debajo el escenario decenas de brazos levantaban las fotos, sobre éste María Luján, Paolo y Lara (madre, padre y hermana de Lucas, respectivamente), cantaban el tema y enfatizaban una de sus frases: “No nos pueden comprar, no deben corrompernos”.
Luego de agradecer a todas las personas que les brindaron su apoyo, los padres leyeron una descripción de lo que sucedió durante las horas en las que Lucas estuvo desaparecido.
“A pocas horas de la tragedia, como muchos otros, nos encontramos recorriendo los diversos hospitales de la Ciudad de Buenos Aires(…) También buscamos a Lucas en hospitales de la Provincia de Buenos Aires, y en clínicas privadas. En todo momento nos aseguraron que los muertos (identificados o no) eran cincuenta”, leyó María Luján.
Tras hacer una síntesis de esas más de 30 horas de búsqueda, agregó que quieren saber “por qué y cómo fue que no recorrieron exhaustivamente desde el primer momento cada centímetro de la formación”.
Por su parte, Paolo, quien trabaja en el Canal 7, hizo un párrafo aparte para los medios de comunicación desde el lugar de papá de Chimu, pero también desde su papel de comunicador.
“Estuvieron siempre para lo que quisiéramos desde el momento que lo solicitamos”, agradeció primero.
Unas líneas después añadió: “Pero deberemos pensar alguna vez, lo antes posible, que ninguna imagen, ningún sonido, ninguna supuesta primicia pueden violentar el derecho básico a la intimidad de las personas, como nos pasó el viernes a la tarde cuando anunciaron la muerte de nuestro hijo sin que nosotros tuviésemos la confirmación oficial”.
En tanto, María Luján rechazó el comunicado del Ministerio de Seguridad de la Nación en el que se señaló que Lucas “se encontraba dentro de la cabina de conducción del motorman del cuarto vagón, lugar vedado a los pasajeros, que se hallaba en desuso y sin comunicación con el interior del mismo por hallarse las puertas clausuradas”.
“Lucas no murió por viajar donde viajó -leyó esta vez Lara- Lucas, al igual que las otras 50 víctimas, murió porque el tren no frenó y chocó contra la estación de Once, por errores y defectos evitables”.
Ya casi en el final de la carta, su padre leyó con la voz entrecortada: "(Lucas) Nos dejó frases como ésta: `no llores más, vos por mí no sufras, tenés que aprender a caminar`. Nos queda su vida hecha música, la música hecha tripas, las tripas hechas poesía, la poesía hecha sueños".
María Luján leyó el último párrafo: "A alguien como él no se lo extraña. Porque está cada minuto de cada día en cada uno de nosotros. Ese es su último regalo. Nos dejó a Paz (su pequeña hija), nos dejó en paz y dejó paz infinita. Disfrutémoslas".
El homenaje siguió luego con la proyección de más videos donde se lo veía al joven tocando junto a su banda.
En la sala, los padres, otros familiares y amigos, cantaron durante más de una hora los temas de Chimeneas, se abrazaron, rieron, lloraron y continuaron reclamando justicia.
“No nos van a poder parar. Si había alguna duda, queda ahora demostrado. Tenemos toda la vida para buscar justicia, y no sólo la de María Luján o la mía, sino la de todos ellos”, dijo Paolo en el micrófono mientras señalaba a los amigos de Lucas e inmediatamente bajó del escenario y siguió cantando con ellos.
“Obviamente, sabemos que hay responsables de lo ocurrido y sabemos que hay quienes tienen la obligación de encontrarlos. Estaremos siguiendo cada uno de los pasos hasta que tengamos una respuesta contundente, con nombres y apellidos”, señaló la misiva.
En un auditorio colmado de jóvenes, que exhibían la foto de Lucas como emblema, el homenaje comenzó con la proyección de un video y el audio de la canción “Moscas en rosas”, uno de los temas compuestos por la "víctima 51" de la tragedia de Once con su banda "Chimeneas".
Mientras, debajo el escenario decenas de brazos levantaban las fotos, sobre éste María Luján, Paolo y Lara (madre, padre y hermana de Lucas, respectivamente), cantaban el tema y enfatizaban una de sus frases: “No nos pueden comprar, no deben corrompernos”.
Luego de agradecer a todas las personas que les brindaron su apoyo, los padres leyeron una descripción de lo que sucedió durante las horas en las que Lucas estuvo desaparecido.
“A pocas horas de la tragedia, como muchos otros, nos encontramos recorriendo los diversos hospitales de la Ciudad de Buenos Aires(…) También buscamos a Lucas en hospitales de la Provincia de Buenos Aires, y en clínicas privadas. En todo momento nos aseguraron que los muertos (identificados o no) eran cincuenta”, leyó María Luján.
Tras hacer una síntesis de esas más de 30 horas de búsqueda, agregó que quieren saber “por qué y cómo fue que no recorrieron exhaustivamente desde el primer momento cada centímetro de la formación”.
Por su parte, Paolo, quien trabaja en el Canal 7, hizo un párrafo aparte para los medios de comunicación desde el lugar de papá de Chimu, pero también desde su papel de comunicador.
“Estuvieron siempre para lo que quisiéramos desde el momento que lo solicitamos”, agradeció primero.
Unas líneas después añadió: “Pero deberemos pensar alguna vez, lo antes posible, que ninguna imagen, ningún sonido, ninguna supuesta primicia pueden violentar el derecho básico a la intimidad de las personas, como nos pasó el viernes a la tarde cuando anunciaron la muerte de nuestro hijo sin que nosotros tuviésemos la confirmación oficial”.
En tanto, María Luján rechazó el comunicado del Ministerio de Seguridad de la Nación en el que se señaló que Lucas “se encontraba dentro de la cabina de conducción del motorman del cuarto vagón, lugar vedado a los pasajeros, que se hallaba en desuso y sin comunicación con el interior del mismo por hallarse las puertas clausuradas”.
“Lucas no murió por viajar donde viajó -leyó esta vez Lara- Lucas, al igual que las otras 50 víctimas, murió porque el tren no frenó y chocó contra la estación de Once, por errores y defectos evitables”.
Ya casi en el final de la carta, su padre leyó con la voz entrecortada: "(Lucas) Nos dejó frases como ésta: `no llores más, vos por mí no sufras, tenés que aprender a caminar`. Nos queda su vida hecha música, la música hecha tripas, las tripas hechas poesía, la poesía hecha sueños".
María Luján leyó el último párrafo: "A alguien como él no se lo extraña. Porque está cada minuto de cada día en cada uno de nosotros. Ese es su último regalo. Nos dejó a Paz (su pequeña hija), nos dejó en paz y dejó paz infinita. Disfrutémoslas".
El homenaje siguió luego con la proyección de más videos donde se lo veía al joven tocando junto a su banda.
En la sala, los padres, otros familiares y amigos, cantaron durante más de una hora los temas de Chimeneas, se abrazaron, rieron, lloraron y continuaron reclamando justicia.
“No nos van a poder parar. Si había alguna duda, queda ahora demostrado. Tenemos toda la vida para buscar justicia, y no sólo la de María Luján o la mía, sino la de todos ellos”, dijo Paolo en el micrófono mientras señalaba a los amigos de Lucas e inmediatamente bajó del escenario y siguió cantando con ellos.
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