lunes, 28 de mayo de 2012
Deportes: San Lorenzo logró el milagro: 3-2
Newell’s ganaba 2-0 y hundía al Ciclón en descenso directo, pero Gigliotti -2- y Bueno lo dieron vuelta y ahora los de Caruso están en Promoción.
San Lorenzo consiguió dar vuelta un partido que lo tenía 0-2 ante Newell’s en el Nuevo Gasómetro y tras una gran reacción en el segundo tiempo ganó 3-2 y salió del descenso directo, puesto que ocupa Tigre, rival en la próxima fecha.
Todavía quedaba un tiempo pero en el Bajo Flores había un clima de velatorio. Es que San Lorenzo había sido más en gran parte de la etapa inicial, pero Newell’s había aprovechado dos errores del fondo local para ponerse 2-0 arriba con goles de Pablo Pérez y Fabián Muñoz.
Sin embargo, en la segunda parte, con un gran trabajo de Julio Buffarini y el aporte de los ingresados Leandro Romagnoli y Carlos Bueno, el Ciclón dio vuelta la historia con tres goles de cabeza, dos de Emmanuel Gigliotti, uno a dos minutos del final, y otro del delantero uruguayo que sirvió para el empate transitorio.
El triunfo dejó a los dirigidos por Ricardo Caruso Lombardi en zona de promoción, muy cerca de salir de todo, justo antes del decisivo encuentro ante Tigre en Victoria, que se desarrollará tras el receso por las Eliminatorias. En tanto que el duro revés dejó al equipo rosarino sin tres puntos vitales en su lucha por alcanzar el título del torneo Clausura y con el ánimo por el piso.
En cuanto al juego, San Lorenzo fue claro dominador durante el primer cuarto de hora. Desnivelaba por izquierda con las escaladas de Walter Kannemann y por derecha gracias al gran trabajo de Buffarini. Además, el uruguayo Juan Manuel Salgueiro, quien se tiraba unos metros atrás, era un buen apoyo y el juego se desarrollaba en campo rojinegro.
En consecuencia, las jugadas de riesgo sobre el arco de Sebastián Peratta no tardaron en llegar. Un centro de Kanneman cruzó el área y fue rechazado con lo justo por Hernán Pellerano a los cuatro minutos. También tuvo una clara Gigliotti e incluso hubo un centro hacia el área que pegó en el brazo de Guillermo Ortiz, aunque el árbitro Néstor Pitana, con buen criterio, entendió que había sido casual.
Era todo del Ciclón, pero a los 15 minutos Pérez tomó la pelota (la paró con la mano), se sacó de encima a Néstor Ortigoza y Jonathan Bottinelli y sacó un zurdazo alto desde fuera del área que se clavó junto al palo derecho del arco de Pablo Migliore.
El local, que hasta ahí merecía largamente la apertura, sintió el impacto. Siguió buscando el arco de Peratta, pero no con el orden del principio. Ya no llegó del mismo modo y a los 31 sufrió un nuevo golpe. Pablo Alvaradole dio un defectuoso pase a Nicolás Bianchi Arce que no hizo más que asistir a Fabián Muñoz, quien ingresó al área y fusiló a Migliore con un disparo alto.
Con el segundo gol leproso, San Lorenzo se enloqueció. No obstante, generó un par de acciones claras, una que Peratta le sacó a Buffarini y otra que desperdició Gigliotti solo frente al arco.
En el segundo tiempo, el elenco de Boedo siguió buscando, como en el comienzo, pero esta vez encontró la luz rápidamente con dos cabezazos. A los cinco, un córner ejecutado desde la derecha fue bajado por Enzo Kalinski de cabeza y Gigliotti se lanzó en palomita en el área chica para descontar.
Y cinco minutos más tarde, un centro desde la derecha de Buffarini fue conectado de cabeza por el uruguayo Bueno, quien un minuto después de haber ingresado al campo de juego, selló el empate.
San Lorenzo siguió empujando y sobre los 24 lo pudo dar vuelta, pero Peratta le ganó el mano a mano a Bueno y rechazó al córner.
Newell’s se volvió ordenar, equilibró por momentos las acciones, pero el Ciclón ponía el corazón y llegaba con más profundidad.
Y tuvo tres chances claras para desnivelar. Primero cuando Gigliotti se perdió un gol imposible, desviando su disparo cuando estaba solo frente al arco. Y unos minutos más tarde con un disparo de Bueno, que pegó en el palo. La tercera oportunidad perdida se dio por un cabezazo de Gigliotti, tras centro de Buffarini, que se fue apenas afuera.
El empate era cosa juzgada, pero apareció la magia de Romagnoli, quien desniveló por izquierda y sacó un centro que esta vez Gigliotti cabeceó para poner el balón dentro del arco y desató la locura de la sufrida hinchada azulgrana. San Lorenzo sigue vivo.
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