El comisario de Comercio europeo aseguró que las trabas “violan las normas comerciales internacionales y deben eliminarse”. Y consideró que “provocan un daño real a las empresas y perjudican al empleo y la economía”. Intentarán llegar a una solución en un plazo de 60 días.
Bruselas no amenaza en vano. La Comisión Europea anunció esta mañana que denunciará a Argentina ante la OMC por las restricciones a la importación. Fuentes cercanas al caso dijeron que aunque la expropiación de YPF, filial de la petrolera española Repsol, no entra en esta denuncia, fue la gota que colmó el vaso “porque es la expresión de una orientación política inquietante en materia de comercio” y que “la UE pretende responder a las amplias y sistemáticas restricciones argentinas”.
Bruselas explica que “siguiendo los procedimientos de solución de diferencias de la OMC, la UE solicita en primer lugar consultas con Argentina en un intento de que levante esas medidas, que han afectado negativamente al comercio y la inversión de la UE. La medidas restrictivas incluyen el régimen de licencias a la importación de Argentina y, sobre todo, los procedimientos para obtener esas licencias, así como la obligación de las empresas de equilibrar importaciones con exportaciones”.
El procedimiento abierto esta mañana es la primera etapa del sistema de solución de diferencias de la OMC. Si no se encuentra “ninguna solución en el plazo de 60 días –tras 30 días de consultas, como marcan las normas de la OMC- la UE puede solicitar que se establezca un grupo especial de la OMC que se pronuncie sobre la legalidad de las medidas argentinas”.
Si Europa ganara finalmente un caso que puede eternizarse en la OMC, podría imponer aranceles a cualquier exportación argentina. Europa es el segundo mercado para las exportaciones de la Argentina. Argentina podría pagarlo muy caro.
El comisario europeo de Comercio, el belga Karel De Gucht, fue durísimo esta mañana. Tras explicar que Argentina “ha aplicado medidas restrictivas desde 2005”, dijo que “las restricciones argentinas a la importación violan las normas comerciales internacionales y deben eliminarse. Esas medidas provocan un daño real a las empresas de la UE y perjudican al empleo y a toda nuestra economía. Las condiciones para el comercio y las inversiones en Argentina están empeorando claramente. Y esto nos obliga a impugnar el régimen proteccionista de importación argentino y a garantizar el mantenimiento de las normas a favor de un comercio libre y justo”.
De Gucht dijo a la prensa que las restricciones a la importación son “ilegales según la OMC, perjudican a nuestras empresas y cuestan puestos de trabajo” y que “se ha ido deteriorando el clima de inversión y negocios” en Argentina.
A pesar de que oficialmente Bruselas quiere separar esta denuncia de la expropiación de YPF, fuentes cercanas al caso y el propio comisario De Gucht explicaron que la “expropiación de Repsol es una señal”, una “actuación indebida”.
De Gucht también recordó que “esta no es una pelea entre Europa y uno de nuestros socios comerciales, no somos los únicos que nos estamos quejando”, en referencia a la protesta contra Argentina que presentaron en marzo ante la OMC 40 países, entre ellos los 27 de la UE.
El comisario también dijo que la restricciones a las importaciones “son injustas y proteccionistas, destinadas a apuntalar la economía argentina a costa de otras economías. Hemos intentando dialogar, pero por desgracia no nos ha servido de nada”. De Gucht volvió a decir que espera que Buenos Aires “aproveche la ocasión –ante la OMC- para negociar con nosotros”. Si no, “al panel de la OMC le tocará dictar sobre la ilegalidad de estas medidas”.
Fuentes europeas próximas a esta disputa entre la UE y Argentina detallaron esta mañana lo que Bruselas pretende denunciar. Consideran los servicios legales del ejecutivo comunitario que Argentina subordina la importación de todas las mercancías a un régimen de autorización previa y de preinscripción, la conocida como Declaración Jurada Anticipada de Importación, que la UE considera ilegal.
Bruselas estima que las restricciones puestas en vigor en 2011 afectaron a cerca de 500 millones de euros de exportaciones en ese mismo año y que en 2012 la ampliación de esas medidas a todos los productos aumentó la magnitud del comercio potencialmente afectado a todas las exportaciones de la UE a Argentina, que fueron de 8.300 millones de euros en 2011, un 14% menos que en 2010. La UE importó de Argentina en 2011 por valor de 10.700 millones de euros. El 53% de esas importaciones son productos agrarios. En cuanto a comercio de servicios, la UE registró en 2010 -no hay datos de 2011- un excedente de 900 millones de euros con Argentina.
También se denunciará que centenares de mercancías también necesitan una licencia de importación “arbitraria, poco transparente y discrecional”. Según Bruselas, estos procedimientos retrasan sistemáticamente las importaciones, o hacen que se las rechace por razones poco transparentes. Los servicios comunitarios estiman que hasta 600 tipos de producto están afectados por el régimen de licencias -maquinaria eléctrica, piezas de vehículos o productos químicos- "y nada en Argentina justifica ese tipo de trabas al comercio".
Fuentes europeas explicaron que este caso es absolutamente independiente de la expropiación de YFP, "no tiene ningún vínculo directo con Repsol pero es una expresión de una política que perjudica al comercio".
La tercera denuncia se debe a que Buenos Aires exige a los importadores que también exporten desde Argentina "o que incrementen el contenido local de los productos que fabrican en Argentina o que no transfieran sus ingresos al extranjero". Según Bruselas, "esa práctica es sistémica, no escrita y falta de transparencia. La aceptación de estas prácticas por parte de los importadores parece ser una condición para obtener la licencia que les permita importar sus mercancías. Estas medidas retrasan o bloquean las mercancías en la frontera y ocasiones pérdidas importantes para la industria de la UE y de todo el mundo".
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