jueves, 31 de mayo de 2012
Politica: Schoklender le apuntó a Hebe por la administración de los fondos
Dijo que Bonafini era la titular del Consejo de Administración de las Madres.
Acorralado por la Justicia, Sergio Schoklender apeló a su estrategia inicial y le adjudicó el manejo de la Fundación Madres de Plaza de Mayo a Hebe de Bonafini.
Lo hizo al declarar nuevamente ante el juez Norberto Oyarbide, en el día de su cumpleaños 54.
El ex apoderado también cargó contra María Alejandra Bonafini, quien, según dijo, habría utilizado su cargo en el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires (donde está desde 1988) para gestionar subsidios estatales . Además, consideró que nunca pudo haber cometido un fraude contra el Estado porque los fondos dejaban de tener el carácter de públicos una vez que ingresaban a la Fundación.
Schoklender fue trasladado muy temprano desde la cárcel de Ezeiza, donde permanece detenido desde el 15 de mayo. Cerca de las 11, subió esposado al juzgado de Oyarbide. Estaba vestido de negro, como solía hacer hasta hace algunos años, y se lo notaba muy cansado.
Durante la audiencia estuvo acompañado de su defensora oficial, Perla Martínez. Apenas comenzó a hablar, el juez pidió que no quedara ningún periodista en los alrededores de su despacho.
El ex apoderado asumió el “liderazgo” de la Misión Sueños Compartidos, pero negó haber desviado fondos hacia cuentas propias.
Como hizo en sus primeras presentaciones en Tribunales, cuando era defendido por el abogado Adrián Tenca, desligó la responsabilidad en Bonafini por ser ella la presidenta del Consejo de Administración .
Más de lo mismo. Hace un año, en una entrevista con Clarín , Schoklender declaró: “Yo era un apoderado más de la Fundación, soy el gestor claramente, pero la dirección y la presidencia del Consejo de Administración es de Hebe”. Luego ratificó esa postura en sus visitas habituales a los tribunales de Comodoro Py.
El mayor de los Schoklender –acusado de desviar unos 280 millones de pesos- también afirmó ayer que tras su partida de la entidad, Bonafini echó a todos los empleados, paralizó los pagos y tuvo una “respuesta fácil y cómoda” de echarle la culpa a él.
Aunque era apoderado de la entidad, aseguró que las cuentas bancarias eran manejadas por las direcciones contable y financiera de la Fundación, que implementaban las políticas a seguir, y “las eventuales órdenes o requerimientos desmedidos de Bonafini, las Madres, sus hijas y sus acólitos”.
Schoklender decidió reeditar su enfrentamiento con la hija de Bonafini, quien declara hoy al igual que su ex secretaria, Patricia Alonso. Dijo que era “la única irregularidad que a su criterio podría haber existido” en el manejo de los subsidios “correspondió a Alejandra ya que era quien los gestionaba”, dijeron fuentes judiciales.
Cerca de las 15, pidió interrumpir abruptamente su declaración indagatoria. Argumentó un “dolor de cabeza” y regresó a la cárcel de Ezeiza, donde también está detenido su hermano Pablo y el contador Alejandro Gotkin.
Además del desvío de dinero de la Fundación, el ex apoderado está imputado por la falta de pago de las cargas sociales de los obreros, la falsificación de facturas, el desvió de materiales a casi una decena de propiedades que pertenecen al entorno de los Schoklender, y la compra irregular de terrenos. En otra causa, que tiene el juez federal Marcelo Martínez de Georgi se investiga, con retraso, a los funcionarios como Abel Fatala que debían controlar el destino de los fondos que el Gobierno le dio al programa “Sueños Compartidos”.
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