La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se reunirá este lunes con su par de Estados Unidos, Barack Obama, en la actividad central de su visita de dos días a ese país, en los que buscará reforzar la alianza bilateral, limar algunas cuestiones ásperas de la relación y analizar la marcha de algunos acuerdos.
En el encuentro con Obama, que replica una visita de marzo del año pasado del mandatario norteamericano a Brasil, estarán sobre la mesa asuntos de interés bilateral, regional y global.
El programa prevé la reunión Obama-Rousseff por la mañana en la Casa Blanca, un breve encuentro con la prensa después y la participación de la gobernante brasileña en las clausuras del encuentro de altos ejecutivos y el seminario "Brasil-Estados Unidos: Alianza para el siglo XXI".
Un comunicado de la Cancillería brasileña señaló que la visita apunta a "profundizar la alianza" de ambos países, y que en el temario de las conversaciones estará el comercio, las inversiones, la ciencia y tecnología, la cooperación educacional y energía, así como asuntos regionales y globales, reportaron las agencias Prensa Latina y DPA.
Pero además, el vocero de la cartera, Tovar Nunes, reveló vía Twitter que Rousseff reiterará "el compromiso común" con la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para dotarlo de "más legitimidad y eficacia". Brasilia pretende un asiento permanente en ese cuerpo.
Nunes apuntó también que la crisis económica internacional y la coordinación Brasilia-Washington en el grupo G-20 (las principales economías del mundo) tendrán un lugar central en las conversaciones entre Rousseff y Obama.
La estatal agencia ABR, en tanto, adelantó que Rousseff se sentará ante su par de EEUU "con la intención de establecer una relación más equilibrada" y le trasmitirá a Obama que las diferencias entre los dos países "no los apartan, sino que, por el contrario, garantizan la consolidación de asociaciones y acuerdos en diversos sectores".
Se sabe que Rousseff -que viajó este domingo con siete ministros de su gabinete- también pretende negociar mecanismos para equilibrar la balanza comercial, desfavorable al país sudamericano, pese al crecimiento del intercambio de más de 33 por ciento el año pasado.
Estados Unidos fue el segundo socio comercial de Brasil en 2011, detrás de China. Entre 2007 y 2011, el intercambio bilateral creció 37 por ciento, al pasar de 44.000 millones a 60.000 millones de dólares.
Aunque nadie mencionó la cuestión, es probable que también la situación de Irán sea parte de la charla, porque hace apenas 10 días Rousseff participó de la cumbre del BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), en la que defendió el derecho iraní a desarrollar energía nuclear en tanto su uso sea pacífico.
Lo que sí Rousseff parece decidida a reclamar es una mayor y más fuerte participación de EEUU en la futura Conferencia de la ONU Río + 20, que se hará en junio en Río de Janeiro, con el desarrollo sustentable como eje.
Del 13 al 22 de junio, el encuentro reunirá a alrededor de 100 presidentes y primeros ministros.
Tras verse con Obama, Rousseff estará el martes en Cambridge, Massachusetts, para visitar el Institute of Technology, en el que se reunirá con académicos y científicos estadounidenses, y recorrerá luego la Universidad de Harvard, donde conversará con becarios brasileños seleccionados por el programa Ciencia sin Fronteras.
El programa prevé la reunión Obama-Rousseff por la mañana en la Casa Blanca, un breve encuentro con la prensa después y la participación de la gobernante brasileña en las clausuras del encuentro de altos ejecutivos y el seminario "Brasil-Estados Unidos: Alianza para el siglo XXI".
Un comunicado de la Cancillería brasileña señaló que la visita apunta a "profundizar la alianza" de ambos países, y que en el temario de las conversaciones estará el comercio, las inversiones, la ciencia y tecnología, la cooperación educacional y energía, así como asuntos regionales y globales, reportaron las agencias Prensa Latina y DPA.
Pero además, el vocero de la cartera, Tovar Nunes, reveló vía Twitter que Rousseff reiterará "el compromiso común" con la reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para dotarlo de "más legitimidad y eficacia". Brasilia pretende un asiento permanente en ese cuerpo.
Nunes apuntó también que la crisis económica internacional y la coordinación Brasilia-Washington en el grupo G-20 (las principales economías del mundo) tendrán un lugar central en las conversaciones entre Rousseff y Obama.
La estatal agencia ABR, en tanto, adelantó que Rousseff se sentará ante su par de EEUU "con la intención de establecer una relación más equilibrada" y le trasmitirá a Obama que las diferencias entre los dos países "no los apartan, sino que, por el contrario, garantizan la consolidación de asociaciones y acuerdos en diversos sectores".
Se sabe que Rousseff -que viajó este domingo con siete ministros de su gabinete- también pretende negociar mecanismos para equilibrar la balanza comercial, desfavorable al país sudamericano, pese al crecimiento del intercambio de más de 33 por ciento el año pasado.
Estados Unidos fue el segundo socio comercial de Brasil en 2011, detrás de China. Entre 2007 y 2011, el intercambio bilateral creció 37 por ciento, al pasar de 44.000 millones a 60.000 millones de dólares.
Aunque nadie mencionó la cuestión, es probable que también la situación de Irán sea parte de la charla, porque hace apenas 10 días Rousseff participó de la cumbre del BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), en la que defendió el derecho iraní a desarrollar energía nuclear en tanto su uso sea pacífico.
Lo que sí Rousseff parece decidida a reclamar es una mayor y más fuerte participación de EEUU en la futura Conferencia de la ONU Río + 20, que se hará en junio en Río de Janeiro, con el desarrollo sustentable como eje.
Del 13 al 22 de junio, el encuentro reunirá a alrededor de 100 presidentes y primeros ministros.
Tras verse con Obama, Rousseff estará el martes en Cambridge, Massachusetts, para visitar el Institute of Technology, en el que se reunirá con académicos y científicos estadounidenses, y recorrerá luego la Universidad de Harvard, donde conversará con becarios brasileños seleccionados por el programa Ciencia sin Fronteras.
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