El gobierno de Cuba ratificó el viernes su decisión de promover una reforma migratoria que facilite la salida de los cubanos al exterior y el regreso al país, aunque aclaró que esa modificación será "paulatina" y evitó hablar de plazos.
El presidente Raúl Castro, que hizo el anuncio, confirmó de esa manera las versiones sobre un cambio en la materia, pero bajó la expectativa sobre la inminencia de esa futura facilidad para salir y entrar a la isla que tendrán en el futuro los cubanos.
Ante la Asamblea Nacional (Parlamento), Castro aseguró que su administración "avanza en la reformulación" de las nuevas normas migratorias -que él mismo había anunciado en agosto-, pero no habló de plazos concretos para introducir la medida, una de las más esperadas por la población y el exilio cubanos.
"No pocos consideran urgente la aplicación de una política migratoria, olvidándose de las circunstancias excepcionales en que vive Cuba", señaló el mandatario, que volvió a cuestionar la política "injerencista" de Estados Unidos.
El sucesor de su hermano Fidel, líder histórico de la Revolución, subrayó que los cambios se introducirán "paulatinamente" y se harán "sin dejar de evaluar los efectos favorables y desfavorables de cada paso dado".
El lento pero sostenido avance del plan de reformas que propuso el gobierno y aprobó el Congreso del Partido Comunista había generado un incremento en la expectativa en torno a la eliminación de los permisos de salida, cuestionados aún desde algunos sectores del oficialismo.
Aunque la cuestión no estaba en la agenda de la Asamblea -que sesiona solo dos veces al año- parte de la prensa y blogs y sitios cubanos daban por hecho el anuncio.
La reforma migratoria, que permitiría a los cubanos salir de la isla sin la llamada "tarjeta blanca" y a los emigrados volver a Cuba sin necesidad del permiso de entrada, es uno de los cambios más esperados por la población tras más de medio siglo de restricciones, reportó la agencia DPA.
La prohibición de viajes dio paso en los últimos años a quejas de intelectuales y artistas y de la Iglesia Católica, y hasta empujó el fenómeno de los "balseros", que intentaron huir de la isla hacia Estados Unidos, siempre en embarcaciones muy precarias.
Ante la Asamblea Nacional (Parlamento), Castro aseguró que su administración "avanza en la reformulación" de las nuevas normas migratorias -que él mismo había anunciado en agosto-, pero no habló de plazos concretos para introducir la medida, una de las más esperadas por la población y el exilio cubanos.
"No pocos consideran urgente la aplicación de una política migratoria, olvidándose de las circunstancias excepcionales en que vive Cuba", señaló el mandatario, que volvió a cuestionar la política "injerencista" de Estados Unidos.
El sucesor de su hermano Fidel, líder histórico de la Revolución, subrayó que los cambios se introducirán "paulatinamente" y se harán "sin dejar de evaluar los efectos favorables y desfavorables de cada paso dado".
El lento pero sostenido avance del plan de reformas que propuso el gobierno y aprobó el Congreso del Partido Comunista había generado un incremento en la expectativa en torno a la eliminación de los permisos de salida, cuestionados aún desde algunos sectores del oficialismo.
Aunque la cuestión no estaba en la agenda de la Asamblea -que sesiona solo dos veces al año- parte de la prensa y blogs y sitios cubanos daban por hecho el anuncio.
La reforma migratoria, que permitiría a los cubanos salir de la isla sin la llamada "tarjeta blanca" y a los emigrados volver a Cuba sin necesidad del permiso de entrada, es uno de los cambios más esperados por la población tras más de medio siglo de restricciones, reportó la agencia DPA.
La prohibición de viajes dio paso en los últimos años a quejas de intelectuales y artistas y de la Iglesia Católica, y hasta empujó el fenómeno de los "balseros", que intentaron huir de la isla hacia Estados Unidos, siempre en embarcaciones muy precarias.
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