Internacionales: El gobierno francés presentó su plan "estratégico" para salvar la industria automotriz

El gobierno socialista francés presentó su “plan estratégico” para el sector automotriz, con el que busca evitar el cierre de fábricas y limitar el impacto de los despidos anunciados por PSA Peugeot Citroën.

Relacionadas: Peugeot Citroën justificó los despidos y el cierre de una de sus plantas El plan hace hincapié en ayudas al desarrollo de los autos eléctricos e híbridos y ofrece ayudas publicas para pagar las deudas a las empresas y contratistas.

Horas antes, el grupo PSA Peugeot Citroën dio a conocer sus perdidas semestrales y un nuevo plan de ajuste, que se suma al anunciado el 12 de julio de suprimir 8.000 puestos y cierre de una de sus seis fabricas francesas, mientras que 2.000 obreros de la empresa se manifestaron frente a la sede donde la compañía brindó el anuncio.

“Este plan se inscribe en una determinación de enderezar el sector automotriz. Hay que enfrentar a urgencias como es un plan de licencias y el gobierno opta por la ofensiva”, manifestó el premier Jean-Marc Ayrault en alusión a una situación que cambió la agenda del flamante gobierno a pocos días de las vacaciones de verano. Por su parte, el presidente François Hollande “celebró” el plan gubernamental, según confió su vocera Najat Vallaud-Belkacem en conferencia de prensa. “En una palabra, el presidente calificó el plan de coherente y global, un plan de aplicación inmediata que se inscribe en el futuro”, aseguró la portavoz.

El ministro de Industria y Producción, Arnaud Montebourg, junto al ministro de Trabajo, Michel Sapin, dio a conocer los detalles del esperado “plan estratégico” para imprimir oxígeno al alicaído sector automotriz, otrora una de las insignias de la industria francesa. Así, los fabricantes de autos eléctricos e híbridos recibirán importantes ayudas y el 25% de los vehículos que comprará el Estado serán de los denominados ecológicos. Las empresas recibirán 350 millones de euros en créditos para inversiones y de ellos, 150 millones serán destinados para las pequeñas empresas de contratistas. Según Montebourg, el plan será costeado, “en gran parte", por el aumento del impuesto a los grandes autos y camiones por ser los más contaminantes. No obstante, el plan gubernamental fue recibido con escepticismo por la oposición, que insiste sobre el tema de la competitividad de las empresas francesas y la baja del costo de las cotizaciones laborales para las empresas.

“Es desilusionante porque no ataca el tema de fondo, que es la baja del costo de las cotizaciones laborales. Obviar ese tema hoy, es criminal”, estimó la ex ministra de Presupuesto, Valérie Pecresse, de la Unión por una Mayoría Popular (UMP), el partido del ex presidente Nicolas Sarkozy. Mientras que Luc Chatel, ex ministro de Educación, consideró que deben "decir la verdad a los franceses: en Europa hay por lo menos 10 fábricas de autos que sobran y para evitar nuevos cierres hay que tomar medidas radicales en materia de competitividad”. Esta mañana, PSA Peugeot Citroën detalló hoy su plan de reestructuración e informó que sufrió pérdidas por 819 millones de euros en el primer semestre de este año, mientras que en el mismo período de 2011 había obtenido ganancias por 806 millones de euros.

Asimismo, para hacer frente a la caída del 13% en las ventas, principalmente en Europa e Irán (por las sanciones que Francia impuso a la República Islámica, el mercado más importante de Peugeot), anunció un nuevo plan de ajuste por 1.500 millones de euros denominado “Rebote 2015”, que se suma al precedente plan de reestructuración de 1.000 millones de euros. Al mismo tiempo, unos 2.000 obreros llegados de las seis fábricas de Peugeot Citroën de diferentes puntos del país se dieron cita frente al Arco del Triunfo, convulsionanado uno de los puntos neurálgicos de París y sorprendiendo a los numerosos turistas en plenas vacaciones estivales.

Los obreros se dirigieron luego a la sede de PSA Peugeot Citroën, donde anunciaron una nueva manifestación para el martes 4 de setiembre, un día después del inicio de la actividad legislativa y administrativa en Francia tras las vacaciones. Al mismo tiempo, los representantes sindicales de los obreros utilizaron su poder para designar por unanimidad a un “experto financiero” para examinar la reestructuración prevista por el grupo automotriz.

“Los empleados marcamos el ritmo. Hicimos retroceder a la dirección de la empresa y ganamos tiempo frente a esta máquina infernal de despidos”, sostuvo Jean-Pierre Mercier, responsable sindical de la CGT en la fábrica de Aulnay-sous-Bois, cuyo anuncio de cierre en 2014 radicalizó a los empleados del grupo.