miércoles, 11 de julio de 2012

Internacionales: El presidente del gobierno español anunció un nuevo paquete con duros ajustes

Mariano Rajoy anunció duras medidas de recorte de gasto y subas de impuestos que supondrán un ajuste adicional cifrado en 65.000 millones hasta 2014, como contrapartida a la ayuda financiera de la UE.
Relacionadas La OIT rechaza el ajuste en la eurozona y pide una inversión productiva El ex titular del FMI quiere ir al congreso español para "lavar su imagen" Entre las medidas más importantes que adoptará el Ejecutivo español figura una reducción de los subsidios de los desempleados, el incremento del IVA del 18 al 21% y un otro recorte del sueldo de los empleados públicos, todas recomendaciones de la “troika” de prestamistas internacionales –Bruselas, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Sé que las medidas anunciadas no son agradables, pero son imprescindibles", afirmó Rajoy ante el pleno del Congreso de los Diputados español, donde acudió a explicar los resultados del reciente Consejo Europeo de Bruselas y las reuniones del Eurogrupo en las que se acordaron las condiciones del rescate a la banca española. El inédito paquete de medidas ya cuenta con el rechazo frontal de las grandes centrales obreras del país y del principal partido de la oposición, el Partido Socialista (PSOE), cuyo líder, Alfredo Pérez Rubalcaba, anticipó que no apoyará más recortes que supongan más sacrificios para los ciudadanos.
Antes de avanzar en el mayor ajuste de la historia, el jefe del Ejecutivo español describió un panorama sombrío e incluso empeoró las previsiones oficiales al afirmar que la economía española caerá cerca de un 2% este año (estimación previa era del 1,7%) y continuará en recesión el próximo año. El drástico ajuste, que tiene como objetivo cumplir con los compromisos de reducción del elevado déficit público del país, afecta a prácticamente todas las partidas presupuestarias y sectores, a excepción de las rentas más altas.
Se confirman así buena parte de las medidas que ya se venían anunciando, como la supresión de una paga –la de Navidad- para los empleados públicos, la suba en tres puntos del IVA y el endurecimiento de las condiciones de acceso al subsidio de desempleo. Según explicó Rajoy, los desempleados con seguro seguirán cobrando durante dos años, pero que “a partir de los seis meses la verán reducida del 60% al 50% de la base reguladora para animarlos a buscar empleo”.
Rajoy avanzó un nuevo `tijeretazo´ en las partidas ministeriales de 600 millones de euros para 2013, y una reducción del número de concejales de los municipios en un 30% y un recorte del 20% en las subvenciones para partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales.
"Nos encontramos en una situación grave que hay que resolver con urgencia. El 6% que nos cuesta endeudarnos se paga con el esfuerzo de los ciudadanos. Necesitamos que nos presenten dinero hasta para pagar las prestaciones por desempleo y los sueldos de los empleados públicos", argumentó Rajoy.
“Soy el primero en hacer lo que no me gusta. Dije que bajaría los impuestos y los estoy subiendo. No estoy cambiando de criterio, cambiaron las circunstancias y tengo que adaptarme”, agregó el presidente del gobierno con un gesto serio.
“Hago lo único que se puede hacer", insistió Rajoy. "Es el único camino que conduce a la recuperación", aseguró. Desde que llegó al poder en diciembre de 2011, el líder conservador aprobó dos planes de ajuste que ascendieron a unos 30.000 millones de euros y reformas profundas del mercado laboral y del sistema financiero. Las medidas, lejos de impulsar la recuperación económica, agravaron la recesión y elevaron el desempleo hasta niveles récord en la zona euro, el 24,5% de la población activa, es decir, 5 millones de personas.
La reforma financiera no consiguió convencer a los mercados financieros que incrementaron sus dudas sobre la solvencia de las entidades españoles, plagadas de productos tóxicos derivados de estallido de la burbuja inmobiliaria. Junto con el empeoramiento de los indicadores económicos y ante la falta de medidas contundentes para estabilizar el sistema financiero, los inversores recrudecieron su presión sobre la deuda pública de España, que en el último mes alcanzó niveles insostenibles, empujando al país al límite del rescate total.
El gobierno de Rajoy acudió en ayuda de Europa y negoció un rescate de hasta 100.000 millones de euros que fue presentado como un préstamo para la banca sin condicionamientos en términos macroeconómicos, pero las ayudas llegarán a cambio de grandes sacrificios. Los socios de la zona euro aceptaron esta semana adelantar 30.000 millones de euros a España a cambio de las “recomendaciones” de Bruselas para que España cumpla con los objetivos de déficit se convirtieron en obligaciones que en caso de incumplimiento acarrean sanciones, según reveló hoy el propio Rajoy.
Las condiciones impuestas a España figuran en el borrador del memorando del rescate, difundido por la prensa española, que revela una mayor intervención europea en las decisiones de política económica del país y sobre su sistema financiero, algo que el presidente del gobierno presentó hoy como parte de la decisión de los socios de la zona euro de ceder soberanía para fortalecer el euro. Esta medidas incluyen mayor supervisión europea del Banco de España y del Ministerio de Economía, que será sometido a controles periódicos de Bruselas para evaluar el cumplimiento del objetivo de déficit.
En paralelo al memorando, la UE relajó los objetivos de déficit de España al dar al gobierno un año de prórroga, hasta 2014, para cumplir con el Pacto de Estabilidad, que exige que el déficit no supere el 3% del PIB. Rajoy se comprometió a reducir con el déficit del país del 8,9% al 6,3% este año (frente al 5,3% anterior), al 4,5% en 2013 (en vez del 3%) y al 2,8% en 2014

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