jueves, 26 de julio de 2012

Internacionales: El BCE envió una señal de confianza a los mercados y le otorga oxígeno a España

La posibilidad de que el fondo europeo de rescate pueda tener acceso a recursos ilimitados del BCE envió una señal de confianza a los mercados que frenaron su asedio a España, aunque la presión sobre su deuda pública sigue a niveles que fuerzan a un rescate total.
España, cuarta economía de la zona euro, volvió a estar un día más en el ojo de la tormenta financiera, a la espera de que el Banco Central Europeo, o directamente los socios europeos a través del fondo de rescate, den algún indicio de que se actuarán en el mercado comprando deuda de los países con problemas. A la apertura de los mercados la presión escaló y el riesgo país registró un nuevo máximo histórico de 649 puntos, mientras el rendimiento de del bono a diez años casi tocó el 8% (7,74). El consejero del BCE y director del Banco de Austria, Ewald Nowotny, ratificó este miércoles que el órgano emisor no planea comprar más deuda en el corto plazo, pero al mismo tiempo abrió un nuevo escenario a futuro al afirmar que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) debería tener "licencia bancaria" para reforzar sus recursos. Esto significa que el nuevo fondo europeo, que cuenta con 500.000 millones de euros vistos como insuficientes para afrontar un eventual rescate total de España e Italia, tendría acceso ilimitado a los recursos del BCE.
La opción, planteada por el consejero en una entrevista con medios financieros, supondría una apuesta decida en defensa de la zona euro, por lo que los inversores reaccionaron cediendo levemente su presión sobre España, según analistas. Así, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán al mismo lazo cayó al cierre de la jornada hasta los 611 puntos, y el rendimiento se situó por debajo del 7,5%, después de más de una semana en espiral ascendente.
La Bolsa de Madrid también cerró con una pequeña ganancia del 0,82% tras varias jornadas en rojo. Sin embargo, un dato importante que sigue acercando a España al rescate total de su economía es que se está produciendo una “curva invertida”, puesto que los intereses de los bonos a 5, 3 y 2 años llegaron a superar al de 10 años y por primera vez rebasan la barrera del 7%.
En este contexto, el ministro de Economía español, Luis de Guindos, se reunió este miércoles en París con su par francés, Pierre Moscovici, con quien coincidió en la necesidad de acelerar los acuerdos aprobados por el Consejo Europeo de finales de junio, concretamente la unión bancaria en la que debe participar el BCE, y que permitirá la recapitalización directa de los bancos. La misma idea fue respalda el martes por el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, tras un encuentro con De Guindos, en el marco de los esfuerzos negociadores del gobierno de Mariano Rajoy para evitar un rescate total.
Rajoy, para quien el rescate puede tener consecuencias políticas impredecibles, busca el apoyo de París y Roma en un último intento por lograr la intervención del BCE, opción a la que Berlín se opone.
El Jefe del Ejecutivo español intenta reeditar el frente de presión de la última cumbre europea, bajo el argumento de que detrás de España caerá Italia, y ambas economías son demasiado grandes para ser rescatadas por sus socios europeos, por lo que es necesario la actuación del BCE para evitar una situación que sería perjudicial para todos.
Si bien París insiste en reclamar la intervención del BCE o del fondo de rescate en el mercado de deuda (hoy la Comisión Europea defendió también esta opción), todo apunta a que Berlín trabaja ya con un escenario de rescate total para España, aunque lo niega públicamente. La prensa financiera asegura, no obstante, que el gobierno de Angela Merkel quiere que España pida oficialmente 300.000 millones de euros para solucionar de una vez su problema de falta de acceso a los mercados.
España se queda sin tiempo. El anuncio por parte de Cataluña de que necesitará ayuda financiera del Estado para afrontar el vencimiento de sus deudas y el riesgo de que más comunidades autónomas -gobierno regionales- también lo hagan (ya son cuatro), supuso una nueva escalada en el espiral de desconfianza que afecta la economía española. La agonía española se prolonga y el riesgo al contagio de la crisis de deuda aumenta, así como también el miedo a una especie de implosión en la zona euro ante un eventual abandono por parte de Grecia de la moneada común debido a las dudas a que pueda cumplir con las condiciones del último plan de ayudas europeas.

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